Disfruto mucho la psicoterapia, pero para ser honesta lo que mas disfruto es platicar con los niños y con los adolescentes, hace unos días uno de ellos me dijo, “es increíble, acabo de conocerla y a usted le he dicho cosas que jamás le he dicho a mis papás”… algo sucede en la relación entre padres e hijos, no es sencillo comunicar lo que sentimos tan fácilmente y sobre todo sentir que somos escuchados o valorados en lo que pensamos y expresamos, tal vez mi actitud en la terapia, que es SU ESPACIO, es de total atención y muchas veces de sorpresa y asombro, de escuchar según yo las cosas tan geniales y maravillosas que reflexionan y la forma en que miran el mundo y sobre todo a los adultos… Tener un espacio donde eres escuchado y valorado, muy pocos de nosotros lo tenemo… si lo pensamos por un momento, es difícil ser niño en un mundo de adultos, un mundo que no está hecho para nosotros, en donde tenemos que adaptarnos y pensar que todo lo viviremos y lo disfrutaremos en el futuro y que nuestro presente solo es una estación de paso…así mismo vivir entre tanta incongruencia no es tan sencillo, si se tiene la capacidad que todos los niños tienen de mirar la realidad tal cual, y poder entonces darse cuenta de que los adultos generalmente no hacemos lo que decimos y mucho menos lo que pensamos….
Otra niña me dijo: “Mi mamá no me escucha, ni cuando me escucha”…. Escuchar es todo un arte, comprender, ser empáticos, responder, no solo con palabras, sino con actitudes, no es sencillo: Muchas veces me he convertido en una intermediaria entre padres e hijos, pero el reto con los adultos para mi como terapeuta es enseñarles a comunicarse con sus hijos y a los niños entender un poco a los adultos.
Para aquellos adultos que piensan que pudimos crecer sin ayuda, solo me resta decirles que piensen un poco si realmente estamos bien, y no es que hayamos crecido con muchos traumas o complejos, pero la vida actual es un reflejo de lo bien o mal que los adultos podamos estar, de cuanto hemos resuelto problemas del pasado, o hasta de nuestro mismo presente, y pensemos también, que la realidad que a nuestros hijos les ha tocado vivir, para nada es como la nuestra, los niños se preocupan, se asustan y se asombran de todo lo que sucede actualmente, y generalmente no hablan con nadie de ello, desgraciadamente ni la escuela se ha convertido en un lugar donde los niños puedan ser escuchados y donde puedan hablar, reflexionar y construir cosas maravillosas con todo lo que son y lo que sienten.
Todos, niños y adultos tenemos historias que contar, tenemos la gran necesidad de ser escuchados… escuchemos a nuestros hijos, y si sentimos que no podemos, pidamos ayuda, nunca es tarde para que todos en familia aprendamos a escuchar y a expresar.
Mtra. Mariluz Barrera González
Directora y Fundadora del Instituto Psicoterapeutico de Campeche Hypatia A.C.
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